Una comunidad escolar que presenta capacidades y habilidades diferentes, requieren estrategias diversificadas, donde el aprendizaje y el acercamiento deben estar contextualizado y pertinente a las características de cada integrante de la comunidad escolar.

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Para facilitar el aprendizaje y la creatividad, es fundamental el desarrollo de la vida intelectual tanto como de la emocional, porque no es suficiente contar con la mejor tecnología posible y las mejores instalaciones, si faltan la motivación, el compromiso y el espíritu de cooperación.

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Observar y retroalimentar las prácticas docentes claramente constituye una práctica de liderazgo pedagógico que implica el desafío de reconocer la centralidad de los estudiantes en la escuela.

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